(35) crushes
meditaciones de amores idealizados escritos en mi diario
It’s Pisces season and having a crush makes life sweeter; the music feels dreamier, long walks are more fun when you’re expecting to run into someone you like, socializing feels like any moment can be a meet cute.
Meditations on (for/because of) a crush…
Think about them and what you like most about them. (You can smile while doing this)
Visualize them. What do you remember of their image? Maybe their face, or how they were touching their lips trying to make them neat and presentable. Maybe it’s their hands touching your phone screen to show you something you have in hand. Maybe it’s the way they were biting their chains while watching you dancing from afar or how they rolled their eyes when you said you wouldn’t kiss them. Maybe it’s how they were playing with their glasses moving them from their face to the table and viceversa every other while. Or their messy hair and that small leaf that decided to land on their blonde strings of hair that you couldn’t stop watching trying to remove it without invading their personal space. It also could be how tall you felt them. How close to you they stood. The nervous grins and laughs. How focused they were doing their thing while you were watching. Admiring.
Project the image from your heart chakra.When you think about hypothetically being with them think about how they make you project yourself. What parts of you shined with them? What hidden parts of you did you find you could be more of because of them or of being with them? Focus on your third eye chakra.
Breathe it in and out. Notice how that was you, that is you, that will always be you. Keep that thought in mind.
Send them love, thank them for making you shine, for making you see new favorite parts of yourself, for letting you share pieces of you that not everyone gets to see.
Let them go. Let them come and go. The thought of them will entertain you with pure tenderness.
Everytime I meet someone
and find something that
makes them special
I think of them
I keep their shine in my mind.
What makes them special could be the way they smile at me or how their eyes glow at the sight of my presence. Sometimes it doesn’t have to do with them but with me. And how they see me. Or how I think they see me.
Sometimes it is about them.
Sometimes the ways they navigate space make me like them and think of them.
Sometimes it’s the thinks I imagine they would add to my life.
Sometimes it is how they wonder about things, how they ask, what they ask, what they answer.
Sometimes it is how their hands lay on people’s shoulders when they’re talking or the way they hug.
Sometimes it is how they can have a conversation with everyone in the room.
Sometimes it is how secure they are sharing ideas and facts. And the countless facts they have up their sleeves.
Sometimes it is the elegance of their look in the eye.
Sometimes it is how they sit, maybe crossing their legs, sometimes shaking their foot.
Sometimes it is the way they listen to your joke and laugh and how they ask if they can say it louder and yes, please do.
Sometimes it is the talents they are not afaid of showing.
Sometimes it is how good they are doing things with their hands, their body, their legs.
Sometimes it is their taste in music. And how long they can talk about it.
Sometimes it is the words they use that you didn’t think of that way of saying it in a sentence. How smooth it sounds in their conversation.
Sometimes it is the way you notice their favorite color eveywhere after they told you what it was.
Sometimes it is their scent, even if it’s natural. Mostly if it’s their natural scent.
Sometimes it is the ways you know they’re flirting with you without wanting to show they like you a lot.
Sometimes it could be how they speak of a loved one, maybe a friend or a past love who they have respect for, or a brother or a sister, a grandmother…
Most of the times is the ways they share themselves.
Makes me feel love and tenderness for them, even if they are technically strangers.
That makes me crush on them.
15 de diciembre de 2024
Estoy en el Rincón de la Lechuza pensando. Pienso en lo que quiero o lo que creo que quiero. En alguien, algo, algún lugar, no sé, me siento aburrida y sin chispa. Gris. Como mi suéter de lana. Gris. El enmedio. Ni sí, ni no, no hay extremos, gris. Aburrido. Hoy tomé un Uber para venir a cenar sola en un lugar que me hace sentir cómoda estando sola. Me gustó la música que había en el carro, hits ochenteros dulces al oído.
Llevo todo el día y la semana pensando en Ignacio, si me hablará, si le parecí aburrida o que no vale la pena añadirme a su vida. ¿Por qué sabría si vale la pena? ¿Por qué yo siento como que sé que él sí vale la pena? Tal vez no tenemos el mismo instinto, la misma intuición. Tal vez él está muy cómodo y yo no. Lo más seguro es que es eso. Estoy escribiendo para no sentirme sola. Para simular que alguien tiene la intención de conocerme. ¿Quién? No sé, tal vez solo yo. ¿Qué te gusta pedir en este restaurante? La verdad casi siempre pido lo mismo, no me gusta cambiar lo que pido en lugares que se sienten bien, aquí siempre es una sopa de tortilla y una horchata. ¿Por qué hago eso? Creo que es algo que le copié a mi papá: ir a los mismos restaurantes a pedir lo mismo, quejarme un poco si no sabe como siempre o pensar y saber que cambiaron al cocinero. Bueno, no sé, he venido muchas veces y aún no reconozco caras, ni creo que me reconozcan, no vengo tan seguido.
Veo a la gente que viene a este lugar y no puedo evitar pensar en Ignacio, es el tipo de físico que me imagino que su familia ha de tener. Blancos, intelectuales, con voz grave, la cantidad de decibeles para no gritar pero hacerte escuchar, una voz con autoridad y palabras rebuscadas que suenan muy natural. “Fenomenal” me acuerdo que me dijo, me encantó, aw. Lindo. ¿Por qué ya no habrá querido hablarme? Me importa, no lo voy a negar. La pasamos muy bien cuando nos vimos. No logro tener paciencia aún sabiendo que tal vez estas no son fechas para que me guste alguien. Muchas formalidades y esperas. Se siente natural el rechazo. Escribo para no sentirme sola.
Creo que el Rincón de la Lechuza es el lugar perfecto para venir a pensar. Puedo estar en una esquina sin verme, sin sentirme percibida. Casi no vienen meseros a preguntar cosas, hay mucha pivacidad. La sopa de tortilla es deliciosa; la horchata, también. ¿Crees que mi papá haya venido aquí alguna vez? Me gustaría tener la respuesta a eso, de que creo, yo creo que sí creo, pero no lo sé. Tal vez siento su presencia en lugares como estos, estoy segura que le gustaría este lugar. Hay cerveza. Está cerca de la UNAM. Extraño Coyoacán.
A veces no entiendo por qué no disfruto mi día a día. Como que siempre hay un algo que no me satisface y me arruina la percepción que tengo de mis días. ¿Me faltará gratitud? o realmente hay cosas que no he descubierto que me puede hacer sentir mejor? ¿Qué tanto me faltará por vivir? ¿Qué tanto me permitiré vivir? Siento que de nuevo me estoy quedando sin temas. Sin querer explorar.
Honestamente sí quiero investigar la plata, sus procesos y crearme habilidades para manejarla. Me gusta lo plateado, como el brillo de la luna, como el brillo de mi aura blanca, gris, aperlada. El plateado también llega a ser como los espejos, un reflejo. Es gris, sin ser aburrido. Dedícale tu energía a esto. Que esto sea lo primero que piensas en las mañanas, en las noches, ¿qué cosas son plateadas?, ¿qué cosas son brillantes?, ¿qué cosas son reflejo? Inicia una tesis. Encuentra algo ahí.
Veo a una señora enfrente de mí acariciando la espalda de su esposo. ¿Por qué siento que quiero mucho eso? Quiero un esposo. Un amigo. Un compañero. Se me antoja mucho. Alguien que quiera pasar tiempo conmigo, solos. Acompañados. Hablando o en silencio. Un rato, un ratote. Juntos. La verdad, no quiero que sea Lalo. No siento que es mi amigo. No lo conozco. No se abre conmigo. No me tiene confianza. Quiero que alguien confíe en mí. Que me vea y me quiera contar todo. Alguien a quien contarle todo. Compartir todo. Compartir la vida. Eso quiero.
20 de diciembre de 2024
Ya me caché de nuevo creando crushes de personas que creo que les gusto. Quiero acordarme y recordarme que yo tengo que ponerle atención a las personas y tener mi propio juicio de ellas para realmente saber si me gustan. A veces se me hace muy fácil que solo por recibir atención empiezo a ver potencial en las personas para que me gusten. Debería bajarle dos rayitas y pensar en el potencial para ser amigos.
