23 de diciembre de 2024
Hoy me duele un poco la cabeza con la luz tan blanca del celular y de un día nublado. Odio que esté nublado, no me gusta. Ya quiero ver el cierlo del desierto. Aunque esté todo contaminado. Deseo ver algún atardecer y si se puede, un amanecer. Me propondré ver más amaneceres el próximo año. Creo que es muy importante tomar registro porque casi no los veo. Recuerdo la frase de esta película que es en Timbuktu, donde al final dice: (obviamente buscaré la frase exacta en el cel)
En realidad, el recuento o documento será limitado. Quiero hacerlo un momento importante en mi día a día, no todos los días pero sí que sea algo nuevo y especial. Ver amaneceres. Aún recuerdo el amanecer más hermoso que he visto, en la carretera yendo de Ensenada hacia Tijuana, antes de viajar a Oaxaca (lloré con ese, aunque iba manejando. Estuvo precioso). Quiero agregar más a mis memorias. También recuerdo mucho el de París, caminando (literalmente perdida) por las calles en mi segunda noche. O el que compartí con Alexis un año nuevo en las calles de San Pedro. También en Cantera paseando a Noya.
Pienso en que me he desvelado o amanecido en fiestas o me he levantado temprano para eventos, carreras, viajes y me ha tocado ver cómo pasa de noche a día, incluso cuando logro levantarme antes del amanecer a meditar (la mejor hora para manifestar) pero muchas de esas ocasiones no se me quedan grabados en la mente. Muchos no resultan en un espectáculo de nubes y colores o no todos estoy con la compañía que los hace memorables o en mi soledad haciendo cosas y viviendo experiencias por primera vez. Creo que eso es lo que puede llegar a hacer un amanecer muy memorable.
Mi propósito también va de la mano con la apertura a estar presente, a apreciar, a conectar la vista con todos los sentidos para crear ese recuerdo. A aprender a describirlo, a guardarlo con cariño, a vivir sin tener que grabar o tomar foto como documento. Utilizar la memoria. No dar por hecho o también aprender a darme cuenta de esto que sucede: un momento tan bonito puede que de repente se te olvide y está bien, el intentar recordarlo se sentirá como un sueño o un momento meditativo en el que revives sensaciones bonitas.
El ejercicio de recordar e ir describiendo, el ir armando tu historia en lo que la platicas o escribes, así es como vas recreando tu pasado casi como ficción, sin darle peso, sin sentir remordimiento, solo una dulce recapitulación de lo que crees que sucedió. Why not make it sweet?
Este año quiero hacer la vida más dulce, ver todo con más ternura. Guardar más cosas en mi memoria que en mi celular, aprender a ver, dejar ir y recordar.